Arte e interiorismo han estado siempre muy ligados. Ya en la época de los romanos, las obras de arte, así como las esculturas y los cuadros, estaban muy presentes en las casas. Entonces era un signo de distinción y de poder. Hoy en día, las obras de arte son una inversión y una forma de concretar los acabados y de terminar de definir las líneas de estilo de la vivienda. ¿Te animas a descubrir el papel que juegan las obras de arte en el interiorismo?
La industrialización trajo muchos avances técnicos importantes para el desarrollo de la sociedad. No obstante, también fue el origen de la estandarización. Un fenómeno que afectó a la construcción y al diseño de las casas. En respuesta a esta homogenización surgieron otros movimientos, como el Art Nouveau o el modernismo. Se trataba de dotar a los edificios de alma. No tan solo introduciendo piezas de artistas en las viviendas, sino haciendo del propio diseño de la vivienda una pieza de arte conjunta en sí misma. El arte, en cualquier caso, juega un papel crucial en la historia al diseño de interiores.
¿La pieza o el conjunto? Este es el principal dilema que a nuestro modo de entender debemos afrontar cuando estamos decididos a usar piezas artísticas en el interiorismo de nuestras casas y no tiene fácil resolución.
Las piezas de arte tienen un evidente impacto estético, pero al mismo tiempo tienen una historia que contar. El propio mensaje de la obra y la historia propia de la pieza y su autoría. A nosotros nos gusta tener en cuenta todo el conjunto de significaciones que incorporan, sin dejar nada al margen. No se trata solo de buscar la pieza adecuada, como una prenda de ropa que combine con otra, sino de algo más.
Siempre podemos ceñirnos a la estricta funcionalidad estética. ¿Pero hasta qué punto estamos banalizando el arte? Aunque por el otro lado, podemos glorificar y pontificar una pieza artística por su autoría, o su precio e intentar obviar o modificar su impacto estético y emocional y su adecuación en el conjunto.
Interiorismo y ejecución obra integral casa Montcada i Reixac con un cuadro de Lídia Masllorens
Los espacios son representativos de una cierta identidad. Una ciudad, una tienda, las oficinas de una empresa y también una vivienda son el reflejo de la identidad que sus protagonistas quieren (o pueden) proyectar. Es por ello que para los interioristas, nos resulta tan necesario por un lado conocer a nuestros clientes, así como conectar con ellos estéticamente. Nos tenemos que entender sin que la distancia a recorrer a fin de adaptarnos no sea insalvable.
Las obras de arte, quizás son las piezas que más claramente inciden en esta relación. Son elementos capaces de dotar de una serie de inscripciones determinantes a los espacios que las acogen. De igual modo que en la adolescencia cubríamos las paredes de nuestra habitación de posters para hacérnosla nuestra. En una vivienda, la introducción de piezas como pinturas, dibujos, esculturas o incluso piezas de diseño en mobiliario o decoración son las maneras más refinadas que tenemos de hacernos nuestros los espacios y de hacer de ellos una extensión de nuestra identidad.
Nosotros, como interioristas, tenemos nuestros lugares clave donde ir a buscar piezas especiales. Ciertas galerías con las que colaboramos y compartimos gustos son lugares donde nos gusta llevar a nuestros clientes a buscar esas piezas con las que conectan de forma casi inexplicable, de las que se enamoran y pasan a formar parte de una vida,más que de un solo espacio.
Lo cierto es que el arte transciende, va más allá de lo estrictamente material, e incluso transciende la propia obra del artista, para conectar con algo íntimo. En ocasiones, nos encontramos con clientes que tienen piezas de arte que quieren mantener en su vivienda e incorporar al proyecto de interiorismo que hacemos para ellos. Se trata de una muestra más de esa relación íntima y para nosotros una información relevante para entender más profundamente a nuestros clientes.
En cualquier caso, el estilo de la vivienda o del espacio quedará impactado irremediablemente por las piezas que decidamos situar. Darle su lugar adecuada a cada una y contemplar el impacto conjunto resulta fundamental. Deberíamos siempre mantener una visión holística del interiorismo aunque tengamos en cuenta toda la historia que trasciende la pieza en sí.
Los griegos y los romanos fueron, seguramente, los primeros humanos del mundo occidental que mejor aprovecharon las buenas relaciones entre el arte y el interiorismo para obtener interiores con alma, llenos de personalidad. Fueron los primeros mecenas y los que entendieron que una obra de arte es capaz de crear un espacio o destruirlo.
El papel del arte en interiorismo es fundacional y fundamental. No hay interiorismo, sin una concepción artística del espacio, aunque no haya ninguna pieza de arte concreta. El arquitecto y el interiorista, no dejan de ser artistas. Sus obras: los lugares que habitamos.