¿Qué tendencias podemos encontrar en el ámbito de los baños en residencias o instalaciones comerciales o profesionales? ¿Cómo serán los baños del futuro? ¿qué papel juega la tecnología en la funcionalidad de un baño? ¿qué parámetros guían nuestros diseños?
Cada proyecto es diferente. Siempre decimos que la propuesta resultante de cada proyecto es la conjunción de una fórmula única para cada proyecto compuesta por al menos cinco variables:
Por ejemplo, si se trata de un baño para una vivienda rural o urbana, en una población u otra o bien para unas oficinas; un baño pequeño o grande, junto a un dormitorio o accesible desde el corredor, con ventilación al exterior o forzada; con uno dos lavamanos, bidé, ducha o bañera, de uso exclusivo o compartido; para un bufete de abogados, una pareja joven o un matrimonio de cierta edad con hijos ya emancipados; de aire moderno, clásico, rústico o bien con un presupuesto adecuado o muy limitado.
Las variables son únicas para cada proyecto y para nosotros es fundamental adaptar cada proyecto a estas variables. Es evidente, repasando nuestros trabajos que no seguimos un libro de estilo propio muy marcado, sino que precisamente nos divierte reinventar nuestras propuestas a partir de los factores mencionados. Esto hace que nuestro trabajo sea más divertido, afrontándolo siempre como un nuevo reto.
Resulta históricamente innegable la mejora de calidad de vida que la inclusión del baño en las viviendas domésticas ha supuesto para el conjunto de la humanidad. No hace tanto tiempo, en nuestro entorno inmediato, un baño similar al que todos disponemos hoy en día era un lujo al alcance de muy pocos. Pero incluso en nuestro escenario actual, creemos que se puede ir más allá aprovechando potencial del baño en relación como fuente de calidad de vida.
Hace años introducimos el concepto del “baño de estar”, como un espacio en nuestras casas donde cuidarse y relajarse más allá de la estricta funcionalidad higiénica y fisiológica. En nuestros proyectos siempre tratamos de reconstruir la idea del baño que tienen nuestros clientes hacia la inclusión de prácticas cotidianas relacionadas con el cuidado de sí mismo. Y es algo que no precisa de unas condiciones excepcionales.
Por ejemplo, una distribución suite del dormitorio, en conexión con el baño, nos permite combinar ambas estancias en uno solo espacio más amplio dependiendo del uso del momento. De este modo, sin necesidad de elementos extras podemos usar el baño como un pequeño spa doméstico donde desconectar del ajetreo de la jornada laboral al llegar a casa. Si además disponemos de espacio y algo presupuesto las posibilidades actuales en este sentido son enormes.
Tenemos a disposición multitud de avances técnicos que nos permiten llevar esta experiencia de cuidado de sí mismo a niveles impensables hace unos años. Disponemos de griferías con control de temperatura y presión programables, nebulizantes incluso con aromas, opciones de aplicar cromoterapia o diferentes escenas de iluminación en función del momento buscando la activación o el relax. En cuanto al WC las opciones que incorporan higiene personal al estilo Japón, cada vez son más habituales en nuestro entorno, también disponemos de aireadores y filtros que mejoran sustancialmente lo deseable. En cuanto a la climatización destacamos la aparición de espejos calefactables y mallas para la instalación de suelos radiantes exclusivos para el baño donde su calor aporta confort y una reducción de la condensación en sus superficies.
Al margen de estos aspectos y seguramente por nuestra pasión por diseñar volúmenes, los avances técnicos en materiales y su manipulación nos han abierto un amplio abanico para crear encimeras y lavamos con los mismos materiales, ya no solo en mármol y otras piedras naturales, sino también en porcelánicos y Solid Surface.
Es evidente que todos los avances técnicos mencionados se irán introduciendo poco a poco en los baños residenciales de forma más amplia y no como elementos exclusivos. Pero si de algo estamos convencidos es que los baños de las viviendas van a ir ampliado o transformado sus funcionalidades en conjunción con un conjunto de prácticas relacionadas con el bienestar físico y psicológico de sus usuarios. El baño está pasando a ser entendido de forma cada vez más generalizada como un espacio para el cuidado de uno mismo.
Y los responsables no vamos a ser los profesionales del sector del diseño, ni la construcción, lo son nuestras prácticas cotidianas, nuestras maneras de hacer que ya se han instalado definitivamente en nuestros baños. Un claro ejemplo es la conectividad. Todo el mundo se lleva el teléfono al baño y se usa como elemento de distracción. Han sustituido el viejo transistor que te permitía controlar el reloj y escuchar música o la radio mientras te duchas, afeitas o depilas. En algunos casos esta sustitución ha venido de la mano de los asistentes de voz, tan popularizados en los últimos años. El próximo paso seguramente consiste en dejar el teléfono fuera de baño en sincronización con un espejo “smart”, inteligente, que nos permita ver los mensajes, timelines o noticias mientras estamos en el baño.
Los baños cumplen una función distinta en cada negocio y presentan aspectos muy distintos dependiendo del tipo de local. Al margen de las restricciones normativas que inciden directamente en las dimensiones, no es lo mismo el baño de un edificio de oficinas compartido por múltiples empresas diferentes que el de un pequeño restaurante, un bar de copas o un estudio. En el primer caso predominará un aspecto neutral en los acabados que encaje con la variedad empresarial y elementos funcionales y de fácil limpieza de sus elementos dado su uso intensivo. En el segundo caso, se abre la posibilidad de sorprender a sus usuarios con acabados más arriesgados que sean representativos de una imagen concreta de la empresa.
El briefing de nuestros clientes lo acostumbramos a traducir a un conjunto de adjetivos que orientan la definición del proyecto y sus acabados en concordancia y continuidad.
En cualquier caso y sin lugar a dudas, el baño de un negocio es un espacio muy sensible y objeto habitual de comentarios por parte sus visitantes, así que consideramos que merece mucho la pena invertir en buenas ideas y buenos materiales a fin de lograr baños que cumplan su función del mejor modo y además traten de sumar valores como la pulcritud, originalidad, sofisticación y funcionalidad.
Para los baños del presente y del futuro, si es posible, los tres. Pero si tenemos que escoger uno, siempre que el presupuesto y el espacio lo permita y en concordancia con la idea de un baño residencial orientado al cuidado de uno mismo en la intimidad del hogar, nos quedamos con el wellness. Debemos confesar que no es la opción más habitual en la mayoría de nuestros proyectos, aunque la inclusión de un baño SPA, acrónimo de salud mediante el agua en latín, es significativamente creciente y lo que antes era una excepción ahora representa una constante para proyectos de cierta envergadura. Ya sea con la inclusión de elementos en el baño principal, como saunas o hidromasajes, o bien, de espacios de uso exclusivo, como un hamam, elemento presente en alguno de nuestros proyectos cerca de Barcelona.
Entre la ducha y la bañera, las duchas amplias, de dos plazas, son las ganadoras absolutas por practicidad y comodidad, tanto para el uso individual como el compartido.
Se trata de un sector que en los últimos años no ha dejado de evolucionar con novedades continuas y esto nos hace pensar con una gran reactividad hacia nuevas exigencias. En este, sentido es de esperar que la actual situación de emergencia sanitaria que implica una intensificación de nuestras rutinas higiénicas se traduzca en novedades que hasta hace unos meses resultaban impensables. Lo realmente complicado es proponer un producto disruptivo que cambie nuestra forma de entender un determinado uso, producto o incluso nuestra forma de vivir abriendo posibilidades antes impensables. La cuestión es que el virus ha cambiado nuestro entorno y son los productos los que se deben adaptar del mejor modo a un escenario de crisis en pleno cambio. Quizás productos que antes no tenían un papel destacado ahora lo obtienen. Lo hemos visto en los supermercados y farmacias y es de esperar que sucederá lo mismo en un espacio tan relacionado con la higiene como son los baños.
Pensad por ejemplo en los baños públicos de un centro comercial, o un restaurante. La facilidad de limpieza y desinfección será un aspecto a valorar. Los automatismos que permitan no tener que tocar nada, las soluciones de renovación de aire, auto limpieza y desinfección. El orden de la prioridades se altera en un contexto como el actual y estamos seguros que asistiremos numerosas sorpresas, nuevos protagonismos y una indudable redefinición de los espacios de uso público o compartido.
Lo que es seguro es que los baños del futuro siempre estarán por imaginar.