Como interioristas, la atemporalidad siempre ha sido una premisa a destacar para que la distribución, los materiales, la línea cromática y el mobiliario escogido para nuestro diseño interior no se vea afectada por el transcurso del tiempo (más allá de los cambios propios en las prácticas familiares u organizativas).
En nuestros proyectos de interiorismo tratamos de maximizar la vigencia del diseño escogido, de acertar un concepto o espíritu que perdure y se adapte, más que un momento para desactualizar. Esta voluntad manifiesta sin embargo, no nos debe llevar a elaborar diseños impersonales y replicables. No hay una fórmula mágica, ni concebimos el interiorismo como una imposición artística.
Para nuestro Estudio de Interiorismo y Arquitectura cada diseño es único y singular porque cada cliente lo es. Y en muchas ocasiones, además, nos vemos con el reto de combinar sensibilidades diferentes que conviven en una misma vivienda. Todo ello pasando por nuestro tamiz, imprimiéndole un estilo propio como interioristas.
Ahora bien, hay proyectos de interiorismo que nos dejan todavía un margen de actuación añadido. Se trata de proyectos donde Coblonal Interiorismo se pone en la piel de una marca que quiere transmitir un mensaje con su espacio. Tiendas, oficinas, showrooms, hoteles, o incluso apartamentos dirigidos al alquiler de lujo. Son escenarios en los que trabajamos regularmente y nos ofrecen un briefing diferente de lo que acostumbramos a recibir en los proyectos de interiorismo en el ámbito residencial. Un briefing que traslada la singularidad del cliente al espacio. Por lo tanto, un espacio llamado a singularizarse por su distribución, acabados y elementos para convertirse en característicos de una marca. Un espacio con un diseño interior que potencie un conjunto de prácticas, donde estar en ellos implique vivir una experiencia para los clientes de esa marca.
En este diseño interior del showroom para Azul Acocsa podréis ver a lo que nos estamos refiriendo.
LA SINGULARIDAD COMO PROYECTO
En este tipo de proyectos de interiorismo donde una marca determinada quiere transmitir un mensaje concreto con su espacio, es donde podemos apostar por propuestas más arriesgadas, soltarnos un poco más. Ya no proyectamos para la vida cotidiana del cliente, sino para la experiencia del usuario y la imagen de la marca.
El espacio se singulariza y tienen lugar productos y acabados, que difícilmente propondremos en otros proyectos residenciales de interiorismo. Como arquitectos e interioristas buscamos distribuciones, volúmenes, piezas y materiales que, a pesar de preservar la completa funcionalidad, hagan el espacio singular en sí mismo, sea cual sea su usuario final.
Por lo tanto, o bien por el cliente o bien por la experiencia del usuario, la singularidad resulta la fuente de sentido de cualquier proyecto de interiorismo.
En definitiva, la singularidad se convierte en la verdadera premisa para el interiorismo y ésto nos lleva a adoptar la singularidad como proyecto.
Os proponemos otro ejemplo, el proyecto de interiorismo para el Hotel Can Casi, en el Baix Empordà, donde buscamos que la singularidad del proyecto fuera ofrecer a sus clientes la experiencia de relajarse en sus estancias, disfrutando de los pequeños detalles del diseño interior.