Los suelos de la cocina son muy sufridos. Tienen que soportar el impacto de los utensilios al caer, el peso de las personas que cocinan, goteos de agua, aceite y grasas, etc. Todo esto hace que no todos los suelos sean igual de recomendables para colocar en la cocina.
En Coblonal Interiorismo hemos trabajado en distintos proyectos y contamos con la experiencia necesaria para asesorar los suelos de cocina con los materiales más adecuados para instalar.
Los materiales para suelo más indicados para utilizar en cocina son resistentes a los golpes y a las caídas, impermeables al agua y a las manchas y resistentes al calor, principalmente.
Descubre, a continuación, qué tipos de suelo de cocina son más resistentes.
Diseño interior y producción del Showroom de Cocinas de Azul Acocsa
Las baldosas porcelánicas continúan siendo la opción más común, por su facilidad de limpieza y durabilidad, y su creciente resistencia. A pesar de ello, con la caída de utensilios de cocina al suelo -hecho nada excepcional- se pueden malmeter con cierta facilidad. Deberemos optar por piezas de cierto grosor y calidad para poder estar tranquilos en resistencia a los golpes.
Por su lado, los suelos de piedra natural son duros como una roca. De hecho, este tipo de material es, precisamente, una roca. El inconveniente que esta piedra presenta, al margen del incremento de precio, es su porosidad. Una cualidad susceptible a la penetración de agua y a las manchas líquidas. No obstante, esto se puede solucionar aplicando un sellador sobre la superficie y creando así una capa invisible de protección. La pizarra es uno de los materiales para suelos de cocina más utilizados de entre los de piedra natural, gracias a su resistencia y durabilidad.
El microcemento se ha convertido en una opción estética y funcional que minimiza en muchas ocasiones el tipo de actuación a realizar, pues, si la base así lo permite se puede aplicar directamente encima de las baldosas preexistentes si estas ofrecen una base nivelada y estable. También se pueden escoger múltiples colores que transforme por completo el conjunto. El inconveniente nuevamente es la resistencia, pues la fina capa de microcemento a pesar de ser una superficie lisa que facilita enormemente la limpieza se presenta como un material algo más frágil frente a un gran ajetreo y la manipulación de objetos susceptibles de caer. Pensemos en los vasos, platos, ollas y utensilios que pasan por nuestras manos, en ocasiones enjabonadas.
La alternativa, viene representada por el hormigón como uno de los materiales más económicos y más duraderos para colocar en una cocina. El hormigón por su lado no puede ser aplicado con una capa tan fina como el microcemento. Necesita un mayor grosor que a su vez colabora en asegurar la resistencia y dureza del material. Se trata de un elemento muy adecuado para cocina con cierto aire industrial o desenfadado. Aunque con unas opciones más limitadas que el microcemento, la colocación de suelos de hormigón pulidos y teñidos ofrecen una superficie continua pero de gran resistencia.
A pesar de que la madera no es uno de los materiales más resistentes para utilizar en el suelo de una cocina, puede ser una buena opción si se trata con un acabado de calidad a base de poliuretano. No obstante, con el paso del tiempo la madera se degradará por derrames y salpicaduras. Siempre podemos renovar la capa de poliuretano, con más o menos transparencia dejando al descubierto el aspecto envejecido del suelo de madera.
Una alternativa a la madera es el bambú, que técnicamente es una hierba. Su gran dureza y mayor resistencia a la humedad y los efectos del agua lo presentan como una mejor opción que la madera tradicional. Gracias a su dureza y flexibilidad, el bambú es conocido como el acero vegetal. Además, vale la pena destacar sus propiedades ignífugas. En conjunto, atributos que lo convierten en una opción interesante para colocar en el suelo de una cocina.
El vinilo es una de las soluciones para suelos de cocina más versátiles y resistentes. Es un material sintético y es prácticamente impermeable a las manchas, daños y problemas de agua. Se limpia muy fácil con un barrido, un fregado y un aspirado regular. Algunos fabricantes de vinilos ofrecen garantías sobre este material por 20 años. No obstante, aunque van apareciendo variantes muy resistentes, por regla general, no llega a durar mucho y comienzan a desgastarse después de unos 7-10 años de uso activo en una cocina.
Por su lado, el linóleo es un material que fue muy popular en las cocinas de hace 50 años, y que está volviendo a ponerse de moda hoy en su versión más resistente conocida como «inlaid». Este material está fabricado con aceite de lino solidificado mezclado con harina de madera o polvo de corcho puesto sobre un soporte de una lona o tela basta. El linóleo es ecológico, fácil de limpiar y mantener. Y puede durar más de 40 años. El inconveniente es que es un material que no es muy resistente a las inundaciones, aunque tolera a la perfección la limpieza y humedad habitual en la cocina.
En Coblonal, tratamos de anticipar el uso previsto de la cocina para poder afinar el material escogido en función de ello y de las posibilidades y conveniencias estéticas del conjunto. El linóleo seguramente nos parecerá una buena opción económica para un piso de alquiler donde prima el precio y la durabilidad, pero con poca solera para una vivienda de alta calidad.
Hacerse propias la necesidades y preferencias del cliente nos debería dejar claras nuestras incógnitas si estamos buscado un suelo de alta resistencia para la cocina.