El mejor truco para aprovechar espacios en el hogar

El mejor truco para aprovechar espacios en el hogar, no es ninguna técnica para doblar la ropa o apilar cajas. Se trata de algo más conceptual: concebir adecuadamente el espacio.

A nuestro entender, es fundamental pensar qué queremos que suceda en cada uno de estos espacios que, a menudo, no coincide con lo que habitualmente pasa.

Diseñar lugares para convertirlos en los espacios deseados

Al fin y al cabo, los espacios son lugares donde pasan ciertas cosas y estas los definen. De este modo, un mismo lugar puede ser diferentes espacios dependiendo de lo que sucede en ellos. Si pensamos en una plaza de cualquier ciudad, lo veremos claro. Un mismo lugar, una plaza por ejemplo, deviene espacios diferentes un martes cualquiera a las 11h de la mañana con personas mayores paseando o haciendo deporte; a la salida de los colegios con los niños y niñas subidos a los columpios o un viernes por la noche con jóvenes charlando antes de salir de fiesta. O de igual modo, la misma plaza puede devenir un espacio para conciertos durante la fiesta mayor o una feria de libros, artesanía o alimentación.

Un espacio se define por las cosas que en él suceden. Diseñamos espacios porque no diseñamos solo el lugar, sino también lo que queremos que pase en ellos. Por esta razón, hay determinados elementos y proporciones en unos lugares y no otros. Para que sucedan las cosas como nosotros queremos, tenemos que disponer los elementos imprescindibles y eliminar todos aquellos que no colaboran o entorpecen que podamos disfrutar de ese espacio como nos gustaría.

Un buen ejemplo son las terrazas, balcones o patios. Cuando el tiempo no acompaña, es donde dejar las bicicletas, donde sobrevive milagrosamente aquella planta o donde se acumulan las hojas y el polvo. Durante la primavera y el verano, lo vemos claro. Toca reconquistar esos espacios y lo hacemos sacando unas sillas, una mesita y un parasol porque queremos disfrutar de un vermut y un aperitivo al aire libre. Queremos que pasen ciertas cosas y encontramos la manera de sacar adelante ese espacio, modificando el lugar.

Cómo utilizar el interiorismo para aprovechar espacios

Si lo hacemos con nuestro balcón o terraza, podemos hacer lo mismo con el resto de lugares de nuestra vivienda o espacios de trabajo y redefinir los diferentes espacios en función de lo que queremos que pase en ellos. Evidentemente, no siempre es fácil y existen limitaciones a salvar. Nos puede faltar espacio, presupuesto para realizar cambios o la orientación no es óptima, entre otras cosas. La gracia de nuestro oficio, como arquitectos e interioristas, es resolver este puzzle compuesto por todos estos elementos.

Nuestra mejor arma es un buen diseño de mobiliario a medida que ayude a redefinir, distribuir y enlazar diferentes espacios. Pero, a menudo, solo eliminado elementos y recolocando otros podemos tener una mejora enorme. La clave está en atrevernos a mantener una perspectiva global en nuestro planteamiento. Pues a menudo nos centramos en una zona concreta sin afrontar una concepción de los diferentes lugares en relación a los espacios a recrear. Nuestra forma de pensar las viviendas u oficinas a menudo sufre la captura de las habitaciones, salas, armarios y estanterías como elementos preexistentes que condicionan una visión global de lo que nos gustaría que sucediera.

Una manera de pensar propia del diseño

En los últimos años se ha popularizado mucho el design thinking entre la gestión de equipos y proyectos de todo tipo. Una terminología novedosa y también descriptiva del método que los profesionales del diseño reconocemos como propio y habitual: imaginar el resultado final ideal para luego adaptar el camino, el proceso para su realización.

De este modo, el mejor truco para aprovechar espacios en el hogar pasa por imaginar el resultado final y repensar los diferentes lugares que componen nuestra vivienda para que se conviertan en los espacios deseados. Con esta perspectiva, todo aquello innecesario saldrá de la ecuación y conseguiremos que todos los elementos sean 100% funcionales en cuanto a lo que queremos que suceda, cada espacio cumpliendo su función en las mejores condiciones posibles.