Recibidor| Guía de ideas para una cálida bienvenida 

El recibidor, el gran olvidado 

La estructura de una vivienda conforma un recorrido donde, además de servir a las diferentes actividades, ofrece un reflejo-mapa donde se puede percibir la esencia de los habitantes. Recibidor del latín recipere, significa de manera original la capacidad de conectar, y de funcionar como medio receptor. En este sentido, desde que se abre la puerta de un hogar, es posible imaginarse el cómo y el qué transcurre en ella.

Por ello, un recibidor descuidado e incoherente con el resto de la estrategia de la vivienda, es como una nota desafinada en una armonía.

Los recibidores dan la primera impresión-sensación de hogar y aun así son uno de los espacios más olvidados.

Una bienvenida multifuncional

Cada casa cuenta con su propia distribución y tamaño, por lo que es difícil considerar una estrategia estándar: todo dependerá de cada caso y será necesario estudiarlo para sacar las máximas funcionalidades. A pesar de ello, en el momento de proyectar un recibidor existen un par de dimensiones a tener en cuenta que inciden en que un recibidor que cumpla sus funciones cotidianas y al mismo tiempo sirva de transición entre el exterior y el interior.

  • Estética A priori proponemos seguir una estética coherente con el resto de la vivienda, como una antesala de lo que sigue. Aunque dependiendo del tipo de interacciones que predominan en el espacio podemos optar por una propuesta disruptiva con el resto de la vivienda a fin de preservar la intimidad o simplemente sorprender.
  • Funcional el recibidor cumple con la función básica de recibir tanto a los propios habitantes como a las visitas, en este sentido cumple funciones sociales, de almacenamiento y distributivas.

A nivel emocional y sensorial, el recibidor materializa la transición desde la calle al interior de la vivienda; desde la vida pública hacia la intimidad. El recibidor al igual que el pasillo es un espacio caracterizado por el movimiento, por la transición, pero en el que nos detenemos a recibir, a sacarnos y colgar la chaqueta, dejar la bolsa y las llaves. Del mismo modo, da acceso al resto de la vivienda. La primera interacción se da en el recibidor y se debería presentar como un espacio de acogida y promesa de bienestar para habitantes y visitas. En definitiva, el recibidor, lejos de ser un espacio apartado de los intereses del interiorismo, se posiciona como una estancia multifuncional caracterizada por el almacenamiento, la transición emocional y promesa estética.

Ideas | Herramientas para la proyección de un recibidor

  • Estrategia lumínica -Aunque es difícil disponer de luz natural en el recibidor podemos optar por situar un espejo de forma estratégica para rescatar el resplandor de la entrada de luz más cerca. En cualquier caso, es un buen lugar para situar una pequeña lámpara de pie singular que abra el camino a la vivienda.
  • Con los cinco sentidos-A la hora de entrar en una vivienda, los cinco sentidos se activan, por ello nada mejor que cuidarlos a través de olores, colores y la sensación de limpieza y amplitud.
  • Los pocos metros del recibidor se pueden aprovechar con una buena dosis de ingenio, sin dejar nada al azar y aprovechando cada milímetro uniendo diseño y funcionalidad.
  • La Personalidad del recibidor funcionará como antesala del resto de la vivienda, incluso determinando la funciones a incluir. Por ejemplo, si se trata de un estudio pequeño, lo más probable es que se necesite este espacio para el almacenamiento, sin incurrir en la saturación visual. Para ello, es necesario repensar el espacio para ofrecer soluciones personalizadas de almacenaje.
  • Los detalles– una pieza original como una antigüedad o una pieza de arte pueden ser un elemento emblemático que caracterice el recibidor.
  • Alterar la percepción para ampliar espacios reducidos mediante un trampantojo o el uso de espejos que reflejen la luz y amplíen el espacio o alfombras que zonifican el espacio sin restar metros cuadrados 

En definitiva, creemos que el recibidor es un actor olvidado pero fundamental en la distribución de cualquier vivienda. Además de las funciones básicas de almacenamiento y recepción, el recibidor funciona como espacio distribuidor entre la zona de día y la zona de noche. Como una pieza clave para solucionar la nueva distribución de cualquier proyecto integral de interiorismo.

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