La luz ilumina las estancias y los elementos de esta, los hace visibles y solo con su presencia tiene la capacidad de determinar nuestro estado de ánimo. El salón es el espacio del hogar donde nos relajamos, leemos, charlamos, donde nos reconfortamos. La luz define las sensaciones que sentimos en la estancia. Saber elegir entre luz cálida o fría para el salón es fundamental para nuestra relación con este y con cómo nos sentiremos allí.
Saber tratar la luz es esencial para configurar un espacio acorde a nuestros gustos. Una iluminación para el salón que parte del fulgor de la luz natural tiene la capacidad de irradiar vida en nuestros muebles, en el color de nuestras paredes, en nosotros mismos cuando estamos allí. Eso sí, recomendamos contar con profesionales capaces de dialogar con la luz, de entender cada detalle e interactuar con los colores de tu decoración para lograr el mejor resultado.
Pero no solo la luz natural es clave en la iluminación para el salón. La luz artificial gobierna también buena parte de nuestra vida en él. Y en este caso se nos plantea un dilema. ¿Cuál es la mejor ubicación de nuestras fuentes de luz? ¿Luz cálida o fría? Como en todo proyecto de interiorismo, dependerá de tus necesidades y deseos.
Para el suizo Le Corbusier, uno de los padres de la arquitectura moderna, “una casa es una máquina para vivir y debe ser el estuche de la vida, la máquina de felicidad”. Nosotros creemos que el salón es el corazón de la casa, y la luz, el elemento que impulsa sus latidos. Por eso necesitamos tener muy claro si es mejor la luz cálida o fría para el salón. El ritmo de nuestra vida en el hogar depende de ella.
Tradicionalmente, el salón es el espacio más versátil del hogar y en el que pasamos más tiempo. Muchos nos sentamos en él con el portátil para trabajar, vemos la televisión, echamos una cabezadita en el sofá, comemos en él o simplemente nos acomodamos para hablar con nuestros seres queridos. Es el lugar en el que hacemos más actividades y, por ello, la iluminación para el salón es fundamental y es recomendable que esté muy matizada en función del espacio y de la actividad que desarrollamos en él.
En función de las dimensiones y usos que des al salón, podemos apostar por una iluminación por zonas, que siempre va a tener la capacidad de dividir más los espacios que la iluminación uniforme.
Por ejemplo, en el espacio que utilicemos para leer conviene contar con una lámpara de apoyo; para ver la tele siempre es mejor que tengamos una iluminación indirecta; en la parte del comedor, la mejor opción suele ser contar con una lámpara de techo que distribuya de manera uniforme la iluminación. Si apostamos por luz cálida o fría para el salón depende mucho de qué sensaciones queremos conseguir. Y en la mayoría de casos acabaremos optando por las cálidas.
Pero, ¿qué es lo que vamos a notar si elegimos una luz cálida o fría para el salón? La verdad es que las diferencias son significativas.
La luz cálida es aquella que muestra unos tonos amarillentos y tiene una temperatura de color más baja, siempre por debajo de los 3.300 grados Kelvin. ¿Esto qué quiere decir? Cuenta con una mayor profundidad, estimula los detalles y es la compañera ideal cuando queremos relajarnos. Es una luz fantástica para la lectura, la concentración.
Por su parte, si en la iluminación para el salón apostamos por la luz fría, lo estamos haciendo por una iluminación mucho más uniforme. Nos ofrece unos tonos blancos y una temperatura de color entre 5.500 y 6.500 grados Kelvin. Tienen la capacidad de sobreestimularnos, de ponernos alerta. Es una luz de acción.
Quizá no se trata tanto de elegir una luz cálida o fría. En muchos casos, recomendaríamos combinarlas. Lo que está claro es que una y otra tienen sus ventajas e inconvenientes. Y aquí te los resumimos.
Como ves, son muchos los matices que determinan la idoneidad de apostar por luz cálida o fría para el salón. Nosotros te indicamos cuáles son, en nuestra opinión, los factores más importantes en relación con la iluminación para el salón.
“Un hombre feliz”, decía Goethe, “es aquel que, siendo rey o campesino, encuentra paz en su hogar”. La luz es esa hechicera que tiene la capacidad de suscitar diferentes tipos de sensaciones en nuestra casa. La luz es una maga que ilumina nuestra intimidad. Ser capaces de decidir si utilizamos luz cálida o fría para el salón facilita que optimicemos nuestro bienestar en el espacio más importante de la casa.
En Coblonal Interiorismo llevamos años de experiencia en el sector de la arquitectura y el interiorismo en Barcelona. Contamos con un equipo experto de diseñadores de interiores que se diferencia por su singularidad y la calidad de sus servicios. Si tienes pensado llevar a cabo un proyecto sobre iluminación o necesitas asesoramiento, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te atenderemos sin compromiso.